Expuesto en: Galería Nacional de Arte de Washington, Estados Unidos.
Tamaño: 132 x 147 cm.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Durante el verano de 1921, en Montroig, Miró pintó La Masía, considerada por él base y clave de toda su obra. Éste es, por encima de todo, el cuadro de un exiliado, la amalgama en una sola imagen de la intensa carga de la experiencia inmediata de la tierra natal y una nostalgia igualmente profunda por ella. Todos los elementos de la Masía aparecen plasmados con una fidelidad incomparable, desde las hojas de los árboles hasta todas y cada una de las grietas de sus viejas paredes, pasando por las piedrecillas sobre la tierra rojiza de Tarragona. El paisaje constituye una auténtica muestra de los recuerdos, un verdadero artilugio mnemotécnico. Miró transmite la añoranza que le causa el alejamiento a través de una especie de censo visual, un recuerdo exacto de todo cuanto era importante en la Masía de su familia.
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