Expuesto en: Galería de Arte de Búfalo Allbright-Knox.
Tamaño: 66 x 93 cm.
Técnica: Óleo sobre lienzo.
Miró fue un artista catalán que comenzó a pintar a finales del siglo XIX dentro del fauvismo, paso posteriormente al cubismo y luego al surrealismo, bagaje que le sirvió para crear un lenguaje con un estilo curioso de una evidente pureza. Dentro del surrealismo, representa la corriente abstracta del mismo. En esta obra, nos encontramos con un lenguaje poético de signos que sugieren ensoñación, ingenuidad y fantasía. Este cuadro tan ambiguo, aparentemente comprensible y a la vez hermético, tiene cierta vivencia poética y un fondo inalcanzable. Es una de las telas más celebradas del autor. Todo está lleno de vida en el movimiento de esta obra, trabajada con una técnica verdaderamente miniaturista y meticulosa creada con gran sensibilidad y un extraordinario gusto innato, que casa perfectamente con el ambiente festivo que debe acompañar al carnaval. En la obra se aprecia una clara tendencia por parte del pintor a llenar toda la superficie del cuadro con muchos elementos, con juguetes fabulosos, curiosos animales o criaturas semihumanas. Esta composición abigarrada, según el autor, se debe a las alucinaciones causadas por el hambre. La fantasía de colores que aparece en esta obra es prácticamente insuperable, destacando siempre por su utilización de los colores primarios, el azul, el amarillo y el rojo, utilizando además el blanco y el negro. Precisamente son los colores los que nos mueven a través de las diferentes figuras del cuadro, pero sin una dirección marcada por el artista, sino por el propio espectador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario